jueves, 16 de octubre de 2014

Lectura 7

DMT
LA DROGA EXPLOSIVA QUE NOS LANZA A OTRO MUNDO
Todo alrededor se derrite, aparecen duendes y las cosas cobran vida. El DMT es la droga psicodélica más fuerte.

Al día siguiente muy temprano, suena el timbre del teléfono.
--- ¿Felipe?
--- ¿Si?
--- Soy yo, tu prima. ¿Ya estabas despierto?
--- Más o menos. De hecho tuve los ojos abiertos casi toda la noche.
--- Yo tampoco he dormido nada. ¿Sabes algo de Jennifer?
--- No --- me asomo al corredor ---, mis papás no han llegado del hospital.
--- Tampoco mamá. Oye, Felipe, necesito que veas algo.
Estuve investigando en Internet.
--- ¿Quieres que vaya a tu casa?
--- Sí.
--- Llego en diez minutos.
Cuelgo el teléfono y aunque me visto a toda velocidad, procuro no hacer ruido porque mi hermano Riky sigue dormido.
Salgo a la calle y camino con pasos grandes. La casa de Itzel está a unos cien metros de la mía.
--- Hola --- le digo a la muchacha que se encuentra barriendo el patio ---. ¿Puedes llamar a mi prima?
--- Te está esperando. Pasa. Felipe.
Entro. La perrita french poodle de Itzel sale a recibirme contorneando su cuerpo y saltando. Lo acaricio.
Siempre he dicho que dos personas y su mascota son muy pocos seres vivos para esa casona. Fue construida por mi tío, quien pensó en hacer enormes salones y jardines con el fin de invitar de vez en cuando a los niños del orfanato y convivir con ellos. Cuando el murió en un accidente de avioneta, Itzel y su mama decidieron quedarse a vivir ahí. Aunque la casa es hermosa, los días en que no hay invitados, parece un museo.
--- ¡Itzel! --- grito ---, ¿dónde estás?
--- Aquí --- contesta ---, en el estudio.
Llego junto a ella. Sigue en pijama.
--- ¡Mira esto! --- me dice abriendo un recuadro en su computadora ---. Son símbolos que usan algunos vendedores de productos.
--- ¿Qué significan?
--- No se. Pero, observa.
Abre otra página de Internet. Aparecen las fotografías de jóvenes luciendo tatuajes y perforaciones. Algunas imágenes son insólitas.
--- Ve la marca en el cuello de esta mujer. Ahora --- regresa a la pantalla anterior ---, fíjate en este símbolo.
--- Es el mismo.
--- Si, Felipe.
Se levanta y va hacia la mesa de trabajo. La lámpara de escritorio ha sido acomodada en diagonal para alumbrar la superficie de cerca. Mi prima enciende la luz y se agacha.
Luego me cede el lugar.
--- Observa el broche del piercing que traía puesto Jennifer.
--- ¡Otra vez el mismo símbolo! --- exclamo.
--- ¡Sí! Desde hace varias horas he estado buscando su significado. No lo encontré, pero halle algo que puede servirnos.
Regresa a la computadora. Mueve el mouse y abre otra ventana en el monitor.
--- Aquí esta. Es un fabricante de objetos góticos. También vende plantillas para tatuajes. Le escribí un e mail preguntándole donde podía encontrar sus productos. Ya sabes. Use un lenguaje bien acá, medio locochon y con faltas de ortografía.
Alguien me contesto en la madrugada. Mira.
Me muestra una hoja impresa.
--- Solo son tres direcciones.
--- ¡Si, Felipe! Dos, en otras ciudades y una en la Plaza de arte ¡a dos cuadras del antro! ¡Ahí se puso Jennifer el piercing!
--- ¿Y eso, que? Se lo pudo poner en cualquier otro lado.
--- De acuerdo, pero sería bueno visitar el local. Quizá encontremos alguna pista de la gente con la que andaba.
--- No te compliques la vida, Itzel.
--- Mira, primo, estas metido en un lio y más vale que te muevas. No sabemos nada de nada. Ni siquiera tenemos idea de las drogas que existen. Busque en Internet algo sobre GHB y Rohipnol y encontré miles de páginas relacionadas con drogas. Imprimí todo esto. Revísalo.
Encima de su impresora hay varias hojas desacomodadas.
Apenas voy a tomarlas, cuando se me adelanta. Continúa hablando.
--- Ayer dijiste que Jennifer parecía que estaba teniendo alucinaciones. ¿Qué tal si combino DMT, o LSD o Ketamina? ¡Ve esto! Déjame mostrarte un ejemplo.
Busca entre la información impresa con avidez. La observo boquiabierto. Ella siempre ha sido hiperactiva.
Comienza a leer.
--- El DMT o Dimetiltriptamina, es una sustancia neurotransmisora muy fina que se encuentra de forma natural en el sistema nervioso del cuerpo humano, pero que al introducirla artificialmente al cerebro, provoca cortos circuitos. Le dicen el explosivo mental, porque quien la toma se siente como lanzado por un cañón. La persona ve que todo alrededor comienza a derretirse. Escucha un ruido como la rotura de un cristal y es transportada a un universo desconocido, lleno de formas imposibles. Cuando se entra a ese sitio, la primera sensación es la de estar debajo de la tierra con un enorme peso encima, dentro de una capsula grande. La gente le llama “la capsula de la DMT”. Después aparecen seres extraños que hablan un idioma ininteligible. Una vez iniciado el viaje, es imposible detenerlo. Aunque solo dura unos quince minutos, puede parecer eterno. Las cosas cobran vida. El consumidor se siente asombrado hasta el paroxismo por lo que sucede. No puede creer que unos minutos atrás estaba en una habitación y ahora se encuentre en otro lugar completamente distinto. Las alucinaciones por DMT son increíbles y espeluznantes. No existe una droga psicodélica más fuerte en el planeta Tierra. Se encuentra contenida en algunas plantas tropicales. Hay un árbol cuyas semillas contienen DMT. Durante siglos, en Medio Oriente, se usaron para pintar alfombras persas. Las propiedades alucinógenas de esas tintas ocasionaron las leyendas de alfombras voladoras. Los indígenas del Amazonas fuman e inhalan DMT desde cientos de años.
Itzel baja las hojas y me habla de frente con los ojos encendidos.
--- ¿Alguna vez has visto en televisión ese ritual selvático en el que se mezclan varias plantas para hacer un polvo que luego es aspirado por alguien a través de un tubo largo mientras otra persona sopla desde el otro lado? ¡El indígena recibe como una descarga eléctrica y cae al suelo con los ojos en blanco! ¡Es por esta droga! Escucha --- sigue leyendo ---. El DMT es una sustancia prohibida en todo el mundo. Su posesión y venta amerita los máximos castigos por la ley.
--- No creo --- comento ---, que Jennifer haya tomado nada de eso. Suena muy exagerado.
--- ¡Pero real! ¡Existe! ¿Lo sabias? Felipe, ¡tenemos que descubrir que le paso a Jennifer exactamente!
La petición suena extraña.
--- Sí.
Itzel se hunde en el asiento y agacha la cabeza. Arruga la nariz, lleva una mano a su boca y se queda muy quieta. Una repentina angustia le impide seguir hablando. Permanece así por varios minutos. Me inclino hacia ella. Dice:
--- Felipe, tengo mucho miedo…
La observo con inquietud. Aunque ella es la persona más activa y segura de sí misma que conozco, de pronto se ve extenuada. Como si una sombra de desesperación le hubiera oscurecido la mirada.
--- ¿Por qué te pusiste así, prima? Parece como si tu fueras la culpable de que Jennifer este en el hospital.
--- Tal vez lo soy.
--- ¿Cómo?
Se quita muy despacio el reloj de la muñeca izquierda.
Tiene un pequeño parche blanco. Despega la cinta adhesiva y me enseña una horrible herida circular como del tamaño de un garbanzo.
--- ¿Qué te paso?
--- Es la quemadura de un cigarro hecha de manera profunda durante varios segundos.
--- ¿Quién te la hizo?
--- Un muchacho con el que salí. Acepte ser su novia. Solo duramos un día. Quiso drogarme. ¡Es más común de lo que te imaginas! Por eso estoy tan desesperada. ¡Esto es una maldita epidemia!
--- Nunca me hablaste de ese novio.
--- Perdona que no te informe todo lo que hago…
--- Tienes razón, no tienes por qué decirme…
--- Disculpa --- suspira ---. Él es un pasante de veterinaria.
Lo conocí cuando lleve a mi perra a vacunar. Se llama Rodrigo, igual que un joven de quien me enamore cuando viví en el extranjero. Mi amor platónico. ¡Además, se parecen físicamente! Me deje influir por esa nostalgia del romance que no pude tener y acepte salir con la nueva versión de mi Rodrigo. Además de trabajar como veterinario, los fines de semana tiene otro empleo por las noches. Me pareció un joven interesante. En sus tardes libres me visitaba en el orfanato. Mis niñas, incluyendo Jennifer, lo veían llegar y suspiraban por él. Es muy guapo… Pero tiene defectos. Por ejemplo, le gusta jugar, tomar y fumar. Son cosas que no van conmigo. Después me entere cuál era su empleo nocturno --- hace una pausa; la tristeza de sus ojos se ha convertido en preocupación; entonces, sin más rodeos, me lo dice ---.
Trabaja como portero en un antro…
Me estremezco. Apenas atino a preguntar:
--- ¿En el que fuimos ayer?
--- Sí.
--- Itzel, ¿estuviste saliendo con el tipo que me acuso de haberle querido dar Rohipnol a Jennifer? ¿El portero al que estuviste a punto de abofetear cuando te mando un beso con la boca? ¿Ese es Rodrigo?
Mi prima esta pálida.

Dice que sí y se pone a llorar.

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