LIBERTAD
Y LIBERTINAJE EN LA EDUCACIÓN.
Hay una
clara diferencia entre libertad y libertinaje que, no obstante, es ignorada
voluntariamente sobre todo por quienes practican de esto último, con el fin de
adherirse al derecho universal de libertad, para justificar sus acciones. Todo
ser humano es libre de pensar lo que quiera. “Somos libres de lo que pensamos y
esclavos de lo que expresamos”. Todos somos libres de expresar nuestras
opiniones, pero viene con la responsabilidad simultánea de las ideas que
expresamos.
No existe
libertad absoluta entre los seres humanos, nunca ha existido y tampoco
existirá. Muchos confunden la libertad con el libre albedrío. “El libre
albedrío se define positivamente por la simple posibilidad de elegir y,
negativamente, por la ausencia de coacción interna”. La verdadera libertad es
una relación entre libres, iguales y con respeto a su dignidad: la libertad de
cada persona de expresarse o actuar tiene como límite la libertad de la otra
persona, grupo, comunidad, nación, país y la humanidad.
Tiene
máximo valor la expresión: “No hagas a otros lo que no quieres que te hagan a
ti”.
Quien no es
responsable por lo que dice o hace no practica la libertad, sino el
libertinaje. Eso es simplemente tener licencia de decir o hacer lo que le dé la
“regalada” gana, es extrema irresponsabilidad. Ninguna persona tiene la
libertad y el derecho a denigrar la honra ajena. Quien no respeta la dignidad
no es libre, es un libertino. El hombre que impone su voluntad a una mujer no
es libre, es un machista. Ningún padre tiene la libertad de violar los derechos
de los niños. Un niño, adolescente o joven no son libres para ser insolentes,
son maleducados. El que tiene más dinero y humilla al que tiene menos no es
libre, es un prepotente. Ninguna persona tiene la libertad de atentar contra la
moral y buenas costumbres de una comunidad. Los medios, las cadenas y
monopolios mundiales de comunicación en nombre de “su libertad” no tienen el
derecho de mentir, deformar y alienar las conciencias y culturas. Nadie tiene
la libertad de cometer crímenes de lesa humanidad. No es libertad de comercio
imponer reglas a través de la fuerza y el miedo que conducen a la pobreza de
pueblos y países.
En los que
tienen poder político, militar, económico, empresarial, comunicacional,
administrativo o personal, la “libertad” de ellos termina donde comienza la de
otros que exigen mutuo respeto. Los que no respetan la justicia, la libertad y
la honra creen que tienen la “libertad” de invadir, colonizar y humillar a los
demás. Eso es libertinaje. Eso es abuso de poder.
De acuerdo
al poder que se tenga, el hacer uso de la libertad es igual a la responsabilidad
de responder ante los demás.
La libertad
humana no es ilimitada. El hombre debe usar de su libertad dentro de los
límites que imponen la moral y las leyes. Cuando sobrepasa esos límites, cuando
abusa de la libertad, cae en la licencia, es decir, en el exceso de libertad.
La libertad
tiene que estar unida al deber. La libertad sin freno, sin la conciencia del
deber, sin el respeto de los derechos ajenos, produce la anarquía, el imperio
de la fuerza bruta sobre la inteligencia y la moral.
En el orden
individual la libertad verdadera y digna de ser deseada es la que no hace al
hombre esclavo del error ni de la pasión. La única libertad que merece este
nombre no es la que nos mueve a hacer todo cuanto se nos ocurre; sino la que
nos ayuda a lograr nuestra propia perfección.
La libertad
no consiste en hacer lo que se quiera; la libertad consiste en poder hacer lo
que se debe, y en no ser obligado a hacer aquello que no se debe hacer.
En el orden
social la libertad busca la dignidad de la persona humana y el bien común. Está
limitada por la ley y se basa en la igualdad
El alcance
y el ejercicio de la libertad en la sociedad están limitados por la dignidad
esencial de la persona humana y por el bien común.
Hay ciertos
derechos y libertades individuales o familiares que el Estado debe proteger,
como el derecho al honor y la reputación, el derecho a la libertad religiosa,
el derecho originario de los padres sobre sus hijos y su educación.
En cambio,
otros derechos sólo son legítimos, en principio, si no perjudican al bien
común. Como el derecho de propiedad, de libre expresión del pensamiento, de reunión,
de asociación, etcétera.
La ley es
la que determina el alcance y asegura el ejercicio de la libertad en la
sociedad.
Cuando
falta la ley o no se la aplica, las personas están sometidas a la fuerza de
otras personas o de grupos más poderosos.
La ley
suprime o limita el uso de la fuerza por los individuos y a cada persona le
concede ciertos derechos y la protección necesaria para que pueda ejercitarlos
sin intromisiones extrañas
La ley
protege la libertad del hombre, no sólo contra los ataques exteriores, sino
también contra los extravíos de la libertad misma. La ley limita y regula el
ejercicio de los derechos, para que la libertad no degenere en licencia.
La libertad
es, de forma general, la capacidad que tiene cualquier ser humano para obrar y
pensar según su propia voluntad. La libertad entendida como un derecho único de
la persona a lo largo de toda su vida, implica una obligación, que es la
responsabilidad de las consecuencias derivadas de los actos que el implicado ha
ejecutado en base a dicha libertad. Es decir, se debe hacer responsable de lo
que hace.
Los
conceptos que se abogan en relación a la libertad son los de justicia e
igualdad. Si bien, en un concepto legal, la libertad queda limitada por
aquellas leyes y normas que rigen la convivencia de una sociedad. El
libertinaje, en cambio, es aquella actividad propia del libertino. Consiste en
adoptar una conducta desenfadada y totalmente abocada a satisfacer el placer y
los caprichos.
Con el
libertinaje, la responsabilidad resultante de nuestros actos es totalmente
ignorada, con frecuencia ocasionando un rechazo social y, en ocasiones,
problemas con la ley.
Se suele
asociar libertinaje a conductas inapropiadas según la moral imperante en
relación al sexo, al propio cuerpo (hedonismo), al juego y al abuso de comida y
bebida. No obstante, no se debe confundir el libertinaje con otros términos
como el de don juan, al que la principal motivación es la seducción, no la
promiscuidad depravada y sin control, ni con el alcoholismo, en el que la
adicción a bebidas con alcohol cobra más protagonismo que el deseo de
satisfacer los deseos corporales de la persona.
El libertinaje es como la enfermedad de la libertad, es el
abuso de nuestra libertad no para hacernos crecer como personas sino para
deteriorarnos.
Cuando
libremente elegimos el mal no estamos siendo libres sino al contrario, estamos
siendo esclavos. Por ejemplo: Si usamos nuestra libertad para escoger usar
drogas nos estamos haciendo esclavos de ellas y alterando nuestras facultades
mentales, nuestra propia libertad.
El escoger
libremente implica aceptar las consecuencias de este escoger. Es un error
exigir la libertad si no estamos dispuestos a aceptar las consecuencias.
Nada grande
se ha hecho en el mundo sin un gran esfuerzo. Vivir con libertad implica un
esfuerzo y un compromiso.
Libertad no
es lo mismo que independencia o desarraigo. Creemos que ser libres quiere decir
no depender de nadie ni de nada, pero nuestra condición humana necesita de los
demás. Ser libres, por lo tanto, no significa desarraigarnos, sino
comprometernos con los demás.
Quizá nunca
en la historia de nuestro mundo se ha hablado tanto de libertad como en
nuestros días. Tal vez porque nunca hubo tan poca. No me estoy refiriendo a los
regímenes totalitarios ni dictatoriales, ni siquiera a las oposiciones
económicas. Aludo a la continua mordaza que todos los días nos meten los medios
de comunicación en nuestros hogares... Y todavía se sigue pensando que somos
plenamente libres en nuestras ideas.
Existe
entre los hombres un buen número de los que acogen a la libertad "en
casa" como un huésped más; pero hay un número aún mayor que no sólo la
acogen en casa, sino que la usan de tal forma que incluso llegan a meterla en
una bolsa de basura y depositarla fuera -para que la recoja el camión del
ayuntamiento- si no se acopla a su persona, si no se identifica íntimamente con
su . Es así como la libertad personal se convierte en no pocos casos en
libertinaje.
Hay que
llegar a comprender que la libertad es un elemento constitutivo de la acción
específicamente humana, en virtud de la cual la voluntad no elige
necesariamente una de las varias opciones que le ofrece el entendimiento, sino
que elige cualquiera de ellas o simplemente ninguna. Es decir se es libre en la
elección.
Se pueden
distinguir diversos tipos de libertad; la libertad física, que es la capacidad
de actuar porque no existen impedimentos físicos. Se trata de la libertad que
recobra el encarcelado cuando sale de su prisión, o la que recupera el enfermo
que estaba por una dolencia que le ataba al lecho.
Me remito a
lo que se ve en la televisión. El derecho de libre expresión se ha convertido
en un argumento para sacar en televisión todo tipo de basura, violencia, malos
tratos, escenas que sólo los muy mayores pueden resistir.
Es tal el
influjo de los medios de comunicación que no sólo nos hacen la papilla del
libertinaje, sino que incluso nos la ponen en la boca, quedando para nosotros
el "fatigoso" trabajo de tragarla inconscientemente.
Creo que a
estas alturas de la vida no hace falta refrescar mucho los atropellos de los
que "poseen su poder personal" y "son libres y dueños de sus
actos". El delito de privar al prójimo de su libertad injustamente -se
entere o no- es suficiente.
Han habido
luchas por la libertad bien entendidas como la de Juana de Arco; pero ha habido
otras muchas no justificadas y que ni siquiera vale la pena enunciar.
La libertad
no consiste en una total autonomía, sino que desde sus orígenes está asociada a
un orden legal, bien sea natural o positivo.
Pero el
conformismo actual se ha vuelto la gran ley del mundo y son cada vez más los
seres que abdican de su libertad de pensar a cambio de que les garanticen la
libertad de pensar igual que los demás y así, según ellos, "no hacer el
ridículo".
PROPUESTAS
DE SOLUCION
Libre
albedrío
El libre
albedrío es la capacidad que tiene cada individuo para tomar sus propias
decisiones. Existen debates en cuanto a si las personas realmente poseen la
capacidad para distinguir entre lo bueno y lo malo y aceptar sus consecuencias.
Por ejemplo, sé que copiar en el examen es malo, y que si lo hago y me
descubren tendrá sus consecuencias conforme a las reglas del colegio. De mí
depende decidir; sé lo que es bueno y lo que es malo, y sus consecuencias.
La libertad
El concepto
de libertad, por definición, está unido al concepto de justicia, pero a su vez,
estos dos conceptos son genéricos; es decir, no estamos hablando de la libertad
de una persona o de una sociedad en particular, sino de la libertad del ser
humano. Libertad es poder hacer todo lo que uno desee, pero sin causar
perjuicios o consecuencias a uno mismo o a los demás. Por ejemplo, sé que robar
es malo y que haciéndolo no solo le perjudico a los demás, sino también a mí
mismo, porque tendrá sus consecuencias.
La libertad
se ve constantemente amenazada por dos vicios extremos: el autoritarismo —la
falta de libertad—, y el libertinaje —mal uso o exceso de la libertad—; ambos
iguales de perniciosos.
Libertinaje
La libertad
es un arma de doble filo si no hacemos un buen uso ella. El libertinaje es
hacer mal uso de la libertad, porque esta tiene sus límites; no debemos olvidar
que donde comienzan los derechos del otro, terminan los míos. Libertinaje es
hacer lo malo deliberadamente sin restricciones y sin pensar en las
consecuencias. Por ejemplo, si un/a joven pide permiso a sus padres para ir a
una fiesta, y ellos se lo conceden con la condición de que venga a determinada
hora y que no beba, pero llega a una hora que no fue la convenida y en estado
de ebriedad, entonces está haciendo un mal uso de la libertad y la confianza
que le dieron sus padres.