Barbitúricos y-benzodiacepinas
LA DROGA DE LOS
SUICIDAS
Medicamentos depresivos que causan
borrachera y, a la larga, daño cerebral.
Aunque
vamos todos en la camioneta de mi tía Beky, rumbo al sepelio de Jennifer, papá
maneja y mamá lo acompaña como copiloto. En la segunda fila de asientos están
Itzel y mi tía. En la tercera, Riky y yo.
Mi hermano se
inclina hacia delante para insistir.
--- ¿De que murió
mi abuelito?
Papá carraspea y mi
tía Beky se queda como estatua. Es algo de lo que jamás han hablado, sin
embargo nuestra familia está demasiado dañada por lo que ha pasado, y no vale
la pena guardar secretos. Mucho menos si están relacionados con el tema de la
droga.
Papá levanta la voz
y dice estoico:
--- Se suicidó.
--- ¿Cómo? ---
pregunta mi prima---. ¿No dijeron que murió por causa del PCP?
--- Cuando salió de
la cárcel --- aclara mi tía---, lo llevamos a una clínica de rehabilitación.
Ahí lo desintoxicaron y trabajaron con él, pero para ayudar a sanar a un adicto
al PCP se le dan otro tipo de drogas más leves: Barbitúricos o Benzodiacepinas.
Como mi padre se sentía muy culpable de todo el desastre que ocasiono con sus
hijos, robo un frasco de Barbitúricos y se tomó todas las partillas al mismo
tiempo.
Comienza a
lloviznar. Papá enciende los limpiadores. La noche parece demasiado lúgubre.
--- Felipe --- dice
mamá ---, revisa esas hojas que tienes impresas con todos los tipos de drogas.
A lo mejor ahí encuentras algo sobre Barbitúricos.
Papá enciende la
luz interior de la camioneta.
--- No hay nada con
ese nombre --- digo.
--- Tal vez
aparezcan como “medicinas tranquilizantes”.
Busco entre
párrafos.
--- Si, tienes
razón. Aquí están. ¿Lo leo?
--- Adelante.
--- Las medicinas
tranquilizantes más conocidas son dos: Numero uno, Barbitúricos. Dependiendo de
su fórmula tienen un efecto sedante (tranquilizan), hipnótico (inducen el
sueño), anti convulsivo (evitan convulsiones) o anestésico. Durante mucho tiempo
los Barbitúricos se han utilizado en el tratamiento de enfermedades, pero
cuando la dosis se eleva, producen síntomas similares al alcohol (borrachera de
Barbitúrico) y originan una intensa dependencia física. Es común que el uso de Barbitúricos
produzca la muerte, por que bajan el ritmo cardíaco, disminuyen la presión
arterial, hacen lenta y superficial la respiración. El margen de seguridad al
tomarlos es muy pequeño, por lo que resulta fácil sufrir una sobredosis. Los Barbitúricos
son la droga preferida de los suicidas. Tomar varias partillas equivale a una
muerte segura, a veces con un previo delirium
tremens parecido al del alcohol. En dosis medias, provocan tanta
dependencia que el adicto a Barbitúricos se convierte en una especie de zombi
con ojos perdidos que anda siempre como atontado. Sufren un daño cerebral, por
lo que se vuelven torpes, poco inteligentes y de memoria escasa.
--- Que barbaridad
--- dice mi prima---, esas medicinas son peligrosísimas.
Sigo leyendo el
segundo inciso.
---
Benzodiacepinas. Aunque menos fuertes que los Barbitúricos, también deprimen el
sistema nervioso central, alivian la preocupación y dan sueño. Se usan como
medicamentos controlados. El más famoso es el Valium. Las dosis altas ocasionan
nauseas, confusión, falta de coordinación, pesadillas y cansancio extremo.
Producen una fuerte dependencia física y, como su nombre lo dice (depresores),
ocasiona depresiones crónicas (tristeza y aislamiento).
Después de un breve
silencio, Itzel comenta con aire de exacerbación:
--- ¡Estos es
demasiado! No lo puedo creer.
--- ¿A qué te
refieres? --- pregunta su mamá.
--- ¡Tantas drogas!
Tantas coincidencias. ¡Estamos viviendo algo absurdo! En pocas horas conocido y
hablado sobre muchas sustancias distintas. ¡Toda mi vida ignore el tema de las
drogas y, de pronto, para cualquier lado que volteo las detecto! Están ahí,
afectándonos o amenazándonos --- reitera ---. ¡Esto es absurdo!
--- No, Itzel ---
contesta mi padre ---, lo que ocurre es lógico. En el mundo de la droga hay una
regla básica: el que busca, encuentra.
--- Pues ni Felipe
ni yo hemos buscado y siento que caímos en una espiral…
--- A ver. Analiza
los hechos. Un sujeto dio droga a varios estudiantes de la preparatoria y
guardo las pastillas en el casillero de Felipe. Lo inmiscuyo en un delito de
narcomenudeo. Luego Felipe salió con Jennifer, una de tus jovencitas quien
estaba involucrada en el problema sin que tú lo supieras.
Abrimos varias
rendijas. El mundo de la droga es avasallador. Solo necesitas entrar un poco en
el para descubrirlo… Repito: El que busca, encuentra.
--- Si --- agrega
mi mamá ---, es como cuando usas un microscopio por primera vez. Te asombras al
conocer el universo de microbios y organismos diminutos. Si sigues explorando,
tu percepción de la vida cambia y te vuelves alerta a lo que antes ignorabas.
Itzel se queda
callada. La veo asentir una y otra vez. La entiendo a la perfección. Yo tampoco
imagine que hubiera tantas drogas cerca de mi vida. En verdad, hemos abierto
una puerta que me hubiera gustado mantener cerrada.
Llegamos a los
velatorios.
La lluvia ha
arreciado. Bajamos a toda prisa.
En la recepción hay
cientos de jóvenes. Prácticamente todos nuestros compañeros de la preparatoria
y las niñas del orfanato.
Nos cuesta trabajo
pasar entre ellos. Yo saludo a algunos, pero prefiero agachar la cabeza y
fingir que tengo prisa.
Llego a la sala
donde se encuentra el féretro. Es una caja blanca de tamaño mediano. Me quedo
como clavado en el piso sin atreverme a dar un paso más. No puedo asimilar la
fragilidad de la vida ni los giros del destino.
Itzel se encuentra
a mi lado. Me toma de la mano como para darse o darme fortaleza. Estamos juntos
en esta tragedia. Los dos amábamos a Jennifer, los dos sentimos confusión, y
culpa por la idea de que quizá otras personas la dañaron por nuestra causa.
--- No creo que
pueda estar mucho tiempo aquí --- dice.
--- Ni yo.
Varios compañeros
de la escuela comienzan a desfilar hacia el féretro asomándose en la tapa
abierta.
--- ¿Para qué hacen
eso? --- pregunto con voz baja.
Mi prima contesta:
--- Así le dan el último
adiós a nuestra a miga. ¿Quieres ir?
Niego con la
cabeza.
--- Jennifer no está
en esa caja. Ella ya se fue.
--- Bien dicho.
Vámonos.
Dejamos a nuestros
padres y a Riky. Camino con mi prima a la sala de al lado. Es el recinto para
fumadores. Está lleno de humo. No es posible respirar. De forma automática,
damos la vuelta y nos dirigimos hacia afuera, donde está la aglomeración de
jóvenes.
Muchos, al verme,
se dicen frases cortas al oído. Algunos me miran sin poder ocultar sus
sentimientos de furia y odio hacia mí.
Se ha corrido la
vos de que yo soy el culpable de esa muerte.
--- Vamos a la
calle --- dice mi prima.
Pero la lluvia cae
sin piedad y es imposible salir. Entonces ocurre lo que tanto temía. Una de las
amigas de Jennifer se pone frente a mí y reclama:
--- Tú la mataste.
¿Por qué lo hiciste?
De inmediato se
suma otra compañera.
--- Si, Felipe.
Eres un degenerado. Quisiste abusar de ella.
Lo sabemos todo.
Usante droga para seducirla.
--- ¡Maldito! ---
grita alguien más ---. ¿A qué vienes?
--- ¿Cómo puedes
ser tan cínico? ¡Largo de aquí!
--- ¡Deberías estar
en la cárcel!
--- Jennifer no
merecía morir así.
--- Si te gusta la
droga, ¿por qué no te la tomaste tú?
Trato de escapar.
Mis compañeros y las chicas del orfanato me arrinconan, aumentando el volumen y
el tono de sus reclamos. Se contagian unos a otros, y comienzan a actuar de
forma colectiva como una turba dispuesta a lincharme.
--- ¡Alto! ---
grita mi prima, poniéndose frente a mí ---. ¿Qué están haciendo?
--- ¡El mato a
nuestra amiga!
--- ¡Es un asesino!
Parecen a punto de
golpearme.
--- ¡Basta! ---
Itzel se ha sonrojado por una mezcla de temor y enfado ---, ¡Felipe no tiene la
menor idea de lo que le paso a Jennifer! Esta desesperado. Igual que ustedes
--- la concurrencia embravecida deja de atacar; Itzel es una joven mayor, con
gran aplomo y autoridad, al menos frente a las chicas del orfanato, así que la
escuchan.
--- ¡A Jennifer le
pusieron GHB en su refresco! --- dice una muchachita regordeta --- ¿Quién lo
hizo?
--- ¿Ahora resulta
que saben mucho sobre drogas? --- contesta Itzel ---. A ver. ¿Díganme cuantos
tipos hay, como se toman, que efectos producen?
--- ¿Para qué nos
preguntas eso? ¡Te quieres salir por la tangente!
--- No --- dice
Itzel ---. Los jóvenes somos perezosos. Investigamos apenas lo indispensable, y
eso cuando ya estamos metidos en problemas. Si en la escuela se habla de
drogas, nos mostramos aburridos. Creemos saberlo todo. Odiamos oir consejos de
padres y maestros. Siempre les decimos que están exagerando. ¡No sabemos nada sobre
drogas a pesar de que vivimos en un mundo donde hay muchas! Algunos las hemos
visto y jugamos con ellas. No le damos la importancia que tienen. Creemos
estúpidamente que jamás nos afectaran. Pero ya ven --- repite ---. ¡Si nos
afectan! ¡Felipe no mato a Jennifer! Fue nuestra flojera, nuestra imbecilidad.
¡Todos!, y me incluyo, hemos sido responsables. Ni siquiera tenemos la menor
idea de lo que paso. Eso sí. Seguimos mal informados y nos apuramos a escupirle
en la cara a un amigo que esta tan asustado como cualquiera de nosotros.
Mi padre y otros
adultos logran abrirse paso hasta donde nos encontramos Itzel y yo. Los
compañeros han guardado silencio.
--- Vámonos --- le
digo a papá al verlo llegar.
--- No, Felipe ---
contesta ---. Tu prima tiene razón. Tu no mataste a Jennifer ni tienes por que
huir. Volvamos adentro.
Regresamos a la
sala donde está el féretro.
Agacho la cabeza y
me siento en un rincón.
efedrina
LA DROGA DE LOS
GIMNASIOS
Tiene fama de producto naturista.
Algunos a usan para adelgazar
y otros para tener fuerza. Todos
están arriesgando su vida.
El lunes
voy a la escuela. Modesta no lo hace. Es normal que ella falte, pero se siente
quizá mal por haberse perforado la lengua. Para mi sorpresa, nadie hable de lo
ocurrido el pasado fin de semana. Los maestros, como pocas veces, se dedican a
dar clases con seriedad y los estudiantes, como nunca, escuchamos y obedecemos
todas las instrucciones.
A la hora del
descanso casi o se ven chicos corriendo por los pasillos ni se escucha el
bullicio habitual. La escuela parece aletargada por los efectos de una enorme
benzodiacepina imaginaria.
Esa tarde, en mi
casa, cuando estoy preparándome para hacer la tarea, veo un papelito sobre la
mesa. Lo reconozco. Es el número telefónico del Cadáver. De seguro mamá lo
encontró en el bolsillo de mi pantalón y lo dejo ahí antes de llevarse la ropa
a lavar.
Me pregunto si podré
hacerme amigo de alguno de esos sujetos siniestros sin que me obliguen a
perforarme el cuerpo. Los darketos son la mejor pista que tengo para encontrar
a Pascual.
Voy a la sala y
marco el teléfono. En cada tono de llamada mi corazón se agita. Una voz muy
grave me contesta.
--- Si, diga.
Paso saliva.
--- Di… disculpe,
el sábado estuve en la Plaza de arte y un joven con maquillaje, vestido de
negro, me regalo una rosa; no se su nombre pero quisiera hablar con él.
--- Estas
equivocado. En esta casa no hay nadie con esas características.
--- Pero él me dio
este número.
--- Ya te dije que
estas equivocado.
El hombre me
cuelga. Asiento. Tal vez es lo mejor.
Voy a mi cuarto y
guardo el papelito con el número telefónico del Cadáver en la última página de
mi libreta de notas.
A las diez de la
noche, cuando estamos a punto de dormir, dejo a Riky en su cama hojeando un
libro y voy a la habitación de mis padres. Me despido de ellos y les platico
sobre lo que paso el sábado en la Plaza de arte. Les digo como fue que creí ver
a Pascual, como me metí a la tienda oscura y como mi compañera Modesta se
perforo la lengua. Por supuesto, no comento nada sobre Riky ni sobre la
pandilla de jóvenes que quiso darle a inhalar solventes.
Se muestran muy
preocupados. Me regañan por no haberles contado todo eso antes y me dicen que
son datos importantes para la policía. Les doy la razón. Me disculpo con ellos
y me voy a mi cuarto.
Cuando camino de
regreso por la sala, suena el teléfono. Contesto de inmediato. Lo que escucho
del otro lado del auricular me deja frio:
--- Hola… soy el
rostro de un ángel caído en la oscuridad.
--- ¿Quién habla?
--- Un cadáver
viviente.
--- Ho… Hola. Te
llame hace rato…
--- Si, Felipe.
Estaba junto a mi padre cuanto contesto. Él no sabe que pertenezco a la comunidad
dark. Solo mira lo que la luz le deja ver y desconoce lo que las sombras le
muestran.
--- ¿Cómo
averiguaste mi nombre y número telefónico?
--- Tengo
identificador de llamadas; además investigo--- su voz suena tranquila; habla
con tono bajo ---. ¿Qué se te ofrece?
--- En realidad solo
tenía curiosidad por tu club. No quiero hacerme perforaciones, pero me gustaría
saber más sobre ustedes.
Felipe. La Santa
Muerte me acompaña y me protege. Pídele que haga lo mismo contigo… Luego te
explico más.
Corta la
comunicación. Me quedo varios minutos sin poderme mover. Alguna vez escuche
hablar de la Santa Muerte. Le pregunte a mi padre que era eso, y él me contesto
con absoluta seguridad: “Una forma novedosa de satanismo; quienes se
encomiendan a ella, pagan un precio muy caro”.
Regreso a mi
cuarto. Riky ya se ha dormido.
Me meto a la cama.
Apenas apago la luz, tengo una extraña sensación, como si las sombras me
estuvieran observando. No lo soporto. Tapo mi cara con las cobijas hasta la
cabeza.
Hace tiempo yo conocí
un ángel. Se llamaba Ivi. Ella me enseño que existe un mundo espiritual; aunque
no podemos verlo, influye sobre nosotros. Gracias a Ivi, aprendí a cubrir mi
vida con la luz y no con oscuridad.
Me levanto y
enciendo la lámpara. Riky se mueve, pero o despierta. Me pongo de rodillas y
comienzo a pedirle a Dios que me proteja… Poco a poco, la sensación de
tinieblas en el ambiente se desvanece.
Dejo prendida la
luz toda la noche.
Al día siguiente
voy a la escuela.
En cuento llego,
busco con la mirada a Modesta. Su silla esta vacía. Sigue sin asistir a clases.
Aunque en el
ambiente del salón todavía se respiran emociones de dolor y confusión de las
que nadie hable, poco a poco y de vez en cuando surgen algunas bromas.
A la hora de
salida, veo a Jordy, el Zorrillo, recargado en un poste. Me acerco. De
inmediato percibo su peculiar olor.
--- Jordy --- le
digo---, ¿sabes algo de Modesta? Estoy preocupado por ella.
--- No --- contesta
---, ¿qué le pasa?
--- El sábado fui a
la Plaza de arte. Creo que vi a Pascual. Trate de perseguirlo y entre a una
tienda donde hacen piercings y tatuajes. Ahí encontré a Modesta. No me la vas a
creer, pero se hizo una perforación en la lengua.
--- ¿Modesta? ¿En
la lengua? ¡No! ¿Cómo crees? Ellas es muy tímida. ¿Se atrevió?
--- No ha venido a
la escuela. ¿Lo notaste?
--- A lo mejor se
le hincho la lengua --- suelta una carcajada ---, y se la tuvieron que amputar.
No es una gran pérdida --- sigue riéndose ---. Nunca la usa.
Me siento extrañado
por la burla.
--- Modesta ---
pregunto---, ¿no es tu novia?
--- ¿Cómo crees,
Felipe? Tengo malos ratos pero no malos gustos. Fui con ella a bailar al antro,
porque me pago. ¡Así como lo oyes, cuate! ¡Me dio dinero! Lo puso en un sobre.
Dijo que era un regalo por mi cumpleaños de hace dos semanas, pero ¿quién
regala dinero en los cumpleaños? Solo los abuelos. ¡Ella quiso comprarme! Sentí
lastima y la invite al antro. Yo solo quería estar con ustedes y ver a las
chavas moverse. Tú sabes. El baile es algo muy sensual.
Estoy asombrado.
Casi no puedo creer que el Zorrillo sea tan cínico después de lo que le paso a
Jennifer.
Recuerdo que en el
baño del antro él fue quien me hablo de los Poppers, la droga que se inhala
para excitarse sexualmente.
--- ¿Tienes el
teléfono de Modestas? --- le pregunto ---, voy a hablarle para ver cómo sigue.
--- Ni idea, cuate.
Búscalo en el calendario del grupo que nos dieron a principio de año.
--- Claro ---
recuerdo que ahí hay un directorio con los teléfonos y domicilios de todos los
compañeros del salón; lo pegue en mi libreta de notas ---. Se me había
olvidado.
--- Y cuéntame,
Felipe. ¿Dices que fuiste a la Plaza de arte? ¿No te ofrecieron alguna hierba?
--- ¿Cómo sabes?
--- Ahí abundan,
cuate. Hay una que se llama Efedra. Con ella se hacen sustancias muy fregonas
que o son drogas. Solo te sirven para estar alerta. Las puedes poner en la
comida. Te dan energía rave. Pero ten
cuidado de que tu novia no coma mucha… Ya ves lo que paso…
--- Si, Jordy…
Gracias por los consejos. --- veo pasar el carro de mi mamá ---. Ya llegaron
por mí.
En cuanto subo al
auto, saco las hojas con el resumen de las drogas. Busco Efedra y no encuentro
nada. Mamá me pregunta si me fue bien. Finjo tranquilidad y contesto que sí.
Llegando a casa voy al Internet e investigo. Hallo varios sitios que hablan de
esa sustancia. Hago un resumen y los imprimo para leerlo.
La Efedra forma parte
de una gran familia de plantas estimulantes que crecen en tierras arenosas de
climas cálidos. De ella se obtiene la Efedrina.
La Efedrina es un
polvo cristalino blanco parecido a la Cocaína pero de composición similar a las
Anfetaminas. Como proviene de una hierba, tiene fama de producto naturista.
Además, se ha promovido como la sustancia natural perfecta para bajar de peso
porque acelera el metabolismo, aumenta la energía física, y quita el hambre.
Mucho atletas y
fisicoculturistas toman Efedrina. Una capsula de 50 miligramos media hora antes
de una competencia le brinda al deportista un aumento del 10% de energía. Por
supuesto, está prohibida en el deporte. Actualmente se calcula que hay más de
20 millones de consumidores de Efedrina que desean adelgazar, tonificar sus
músculos o evitar el cansancio. La Efedrina suele combinarse con cafeína y
aspirinas para multiplicar sus efectos.
Hoy en día, la
Efedrina es una droga contenida en algunos medicamentos broncodilatadores y
vasoconstrictores, pero su uso libre está prohibido en muchos países. Algunos
de los narcotraficantes más peligrosos de la actualidad hicieron una fortuna
legalmente vendiendo Efedrina cuando aún era permitida. También aparece en
medicamentos naturistas para gimnasios en cuyas etiquetas se anuncia con los
siguientes nombres: Ma huang, chinese
aphedra, extract, ephedra alkaloids, ephedra extract, ephedra herb poder,
epitonin, ephedrine, squaw tea o mormon tea.
En la calle de
dicen éxtasis herbal.
La Corporación Rand
realizo un estudio en febrero del 2003 que revelo que se registraron 16,000
casos con efector secundarios por el consumo de Efedrina como insomnio crónico,
temblores, arritmia cardiaca, dolores de cabeza, vértigo, alta presión. También
se han registrado varias muertes. En febrero del 2003, falleció el jugador de
beisbol Steve Bechler de los Orioles de Baltimore por consumir Efedrina.
Cuando dejo de
leer, me llevo las manos a la cara y respiro con rapidez. Recuerdo que el
viernes, en el antro, todas mis compañeras estaban muy alegres y extrovertidas.
Muevo la cabeza.
Este tema me está causando delirio de persecución. ¿Sera posible? El Zorrillo
me dijo que él, solo fue a ese lugar para ver moverse a las chicas, porque el
baile es algo muy sensual. ¡Utilizo a Modesta de parapeto! Vi sus ojos
libidinosos en el baño cuando me hablo de los Poppers y ahora me advirtió de
que si le daba Efedrina a mi novia debía tener cuidado de que no “se me pasara
la mano”.
Caramba. La
conclusión es obvia. Alguien en ese antro le puso droga a la bebida de
Jennifer. Pudo ser Jordy, el Zorrillo. Quizá, incluso le agrego la misma
sustancia a la bebida de todas mis compañeras para verlas bailar con
sensualidad, pero con Jennifer ¡”se le paso la mano”!
Siento que algo se
me atora en la garganta y no me deja respirar.