ketamina
LA DROGA SILENCIOSA
QUE SEPARA EL CUERPO DE LA MENTE
La Ketamina produce sensación de
flotar por los aires y visión de caricaturas.
Siempre me ha
costado trabajo pensar y moverme tan rápido como Itzel. Ella suele esperarme,
pero esta mañana, se adelanta por la acera. Justo a mitad del camino casi choco
con ella. Se ha detenido y mira mi casa.
--- ¿Ya viste? --- pregunta al sentirme
atrás.
Hay dos patrullas de policía junto al carro
de tus padres.
--- ¡Dios mío! --- los brazos me cosquillean
---, a lo mejor se murió Jennifer.
--- ¡No! Tranquilo. Debe ser otra cosa ---
me toma de la mano ---. Vamos.
Llegamos hasta mi casa como dos hermanos
dispuestos a darse apoyo frente a recónditas noticias.
En efecto, hay policías en la entrada.
La puerta principal está abierta.
Un repentino pavor me paraliza las piernas
y disminuyo el paso. Mi prima me jala hacia el interior con suavidad.
En la sala están sentados tía Beky, mis
papás, el director de la escuela y el jefe de la policía. Todos tienen una expresión
tétrica.
Parece como si…
Itzel y yo nos detenemos frente a ellos,
percibiendo las oscilaciones de dolor y pasmo. Mi prima lo encara.
--- ¿Se… murió… Jennifer?
Nadie contesta de inmediato, pero mi tía
agacha la cara y comienza a llorar. De todos los adultos marchitos, ella es la
única que trae los ojos rojos y los parpados hinchados.
¿Sera posible? Volteo alrededor.
Aunque no hay gritos ni llantos
desesperados, en el aire flota un profundo sufrimiento. Solo mi tía solloza.
--- ¡Díganmelo! --- grito.
El policía comenta con voz gutural:
--- Jennifer falleció hace unas horas.
Me mareo. Itzel se da cuenta de mi
trastabillón y me abraza por la espalda. Luego me lleva hasta una silla.
--- Necesitamos saber --- prosigue el
comandante dándome un papel ---, si tú le escribiste esta nota.
La hoja tiene el dibujo de una especie de
pera con ojos. En medio de la silueta hay cinco palabras y una firma: “No me
dejes. Te amo; SUPER
K”.
--- Yo no escribí esto --- digo arrastrando
las palabras.
Vienen imágenes de Jennifer a mi mente. La
chica más hermosa de la prepa, levantando la mano para participar en clase,
dirigiendo a sus compañeras en un baile de jazz, defendiéndome en la oficina
frente a Pascual.
Aprieto los dientes y siento como la vista
se me nubla.
El policía no se inmuta. Pregunta:
--- ¿Conoces a alguien que haya podido
escribir este recado?
Muevo la cabeza. Con gran dificultad claro:
--- Ni siquiera había oído el apodo de “SUPER K”.
--- No es un apodo --- dice el director de
la escuela ---, encontré esta nota en la bolsa de Jennifer, donde había una
pastilla con la letra K. La lleve al hospital para que los médicos la
analizaran. Se trata una droga muy peligrosa.
--- ¿Entonces tomo otra cosa además de GHB?
--- Quizá. Hasta ahora el diagnóstico es
que murió por sobredosis de GHB, pero es un hecho que traía Ketamina en su
bolso.
La lengua se me ha ido hacia atrás y me
está obstruyendo la respiración.
El director prosigue:
--- Pascual es el principal sospechoso. Lo
sabemos. Sin embargo tenemos muchas preguntas: ¿Por qué Jennifer quiso salir
contigo, Felipe? ¿Por qué estuviste besándola y le desabotonaste la ropa? ¿Por
qué quisiste huir cuando ella se desmayó?
--- Yo no… no…
Itzel sale en mi defensa.
--- Deberían interrogar primero a Pascual
¿no les parece?
--- Fuimos a su casa hace rato --- comenta
el policía ---. Tal parece que después de que estuvo detenido por vender
anfetaminas, su papá pago la fianza y discutió con él. Pascual se enojó con su
padre y se largó. ¡Así como lo oyen! Nadie sabe dónde está --- yo escucho
difusamente, me ha bajado la presión ---. ¿Me permites la hoja? --- dice el
policía; le devuelvo el dibujo ---. Tal vez tengas que hacer una prueba
grafológica para demostrar que tu no pintaste esto.
--- Si --- alcanzo a decir.
--- Estaremos en contacto --- completa el
oficial ---. Si sabes cualquier cosa que sirva para hallar al culpable de este
crimen, te lo agradeceremos.
--- Si…
Todos los adultos se pones de pie para
despedirse.
--- Comandante --- doce Itzel ---, ¿puedo
hablar con usted a solar?
No sé por qué, pero estoy sin fuerzas y me
es imposible poner atención. En medio de una espesa neblina distingo que mi
prima se aleja con el jefe de la policía; la veo quitarse el reloj y mostrar la
quemadura de cigarro…
Siento palmadas de alguien en mi cara y un
intenso olor a alcohol.
--- ¡Ya volvió en sí! --- escucho de forma
vaga ---. Felipe ¿te sientes mejor?
Abro los ojos y levanto la cabeza. No sé
qué me paso.
--- Te desmayaste.
Los policías y el director ya se fueron.
Mi hermano Riky está a mi lado deteniendo
la botella de antiséptico.
Papá dice:
--- Necesitamos regresar al hospital; hay
muchos trámites que hacer… Quédense en la casa, por favor. Itzel, ¿te encargo a
tus primos? Los llamamos por teléfono al rato.
--- Si, tío, no te preocupes.
Itzel va hasta su mamá. Se abrazan. El
dolor es demasiado grande para expresarlo con palabras.
En cuanto nos quedamos solos, vuelvo a
hundirme en el sillón. Entonces me suelto a llorar, tapándome la cara con ambas
manos. Mi hermano menor se acerca para tratar de consolarme, pero opta por
quedarse a prudente distancia.
Por lo visto esta enterado de todo el
problema. Itzel, no puede soportar la presión y comienza a sollozar, también.
Se va a otro cuarto.
Pasamos más de una hora lamentándonos.
Cuando parece que no podemos producir más lágrimas, mi prima regresa a la sala
y se sienta junto a mí. Me dice:
--- ¿Tienes las hojas que imprimí sobre
drogas?
--- Si --- las había doblado y metido a la
bolsa de mi camisa ---, aquí están.
Ella busca un párrafo.
--- Mira --- comenta despacio ---. A la
Ketamina, le dicen “SUPER
K”.
Tengo los ojos descompuestos. Itzel
también. Llama a mi hermano.
--- Riky, ven. ¿Me puedes ayudar?
--- Si --- se acerca de un salto.
--- Lee aquí, por favor.
La dicción de Riky es lenta.
--- Ketamina. Se creó como anestésico
humano, pero producía alucinaciones graves y entonces comenzó a utilizarse en
veterinaria. Ya casi no se usa con animales, tampoco. Bloquea el sistema
nervioso sin deprimir el respiratorio ni el circulatorio.
--- ¡Alto! --- digo ---, ¿ya escuchaste
eso, Itzel? Rodrigo es veterinario…
--- Sí. Por favor, continua, Riky.
--- Aunque aún se consigue en las farmacias
controladas, su producción masiva es ilegal y se vende en la calle en forma de
pastilla o polvo. Puede inyectarse, esnifarse o comerse. Le dicen “K”, “Special
K” “Súper K” o “Vitamina K”. La Ketamina es una droga única, porque como
ninguna otra, ocasiona efectos disociativos. Es decir, quien la toma se ve
desde otro plano, parece como si la mente se separara del cuerpo, además siente
que flota o vuela; a ratos se ve adentro de un largo túnel que gira; los
cuerpos y caras de los demás parecen muy distorsionados, como caricaturas; las
extremidades se alargan y se acortan. Se percibe una supersensibilidad en los
sentidos. Las alucinaciones producida por Ketamina pueden llegar a ser
aterradoras. Los efectos de luz y sonido en los antros agravan los espejismos.
Como es imposible saber la concentración, tomar Ketamina es muy peligroso. Si
se combina con alcohol u otras drogas depresoras la persona puede perder el
conocimiento y morir. Aun asi hay quienes la mezclan con Éxtasis o con Cocaína.
A la unión de Cocaína y Ketamina se le dice Calvin
Klein; provoca efectos brutales y una dependencia enorme.
--- ¿Por qué? --- pregunto con rabia ---,
¿si esta droga es tan peligrosa hay jóvenes que la toman?
Itzel se encoje de hombros.
--- Supongo --- contesta ---, que muchos
quieren saber que se siente flotar por los aires y separar la mente del cuerpo;
también puede ser interesante percibir sonidos, olores y colores que no
existen… Sigue leyendo Riky.
Mi hermano obedece.
--- Con Ketamina, existe riesgo de ruptura
de aneurismas cerebrales, toraxicos y abdominales. En los esquizofrénicos la
Ketamina activa sus síntomas psicóticos. Los usuarios viven al filo de la
muerte.
Cuando Riky termina de leer, permanecemos
callados un largo rato. Luego Itzel
resopla.
--- Todo es tan confuso --- se levanta y
dice ---. Voy a preparar algo de desayunar.
Riky quiere leer más. No lo soporto.
--- ¡Cállate! --- le grito.
Bota los papeles y se va al sillón de
enfrente. Cruza los brazos, enfadado.
Después de un rato, Itzel nos llama desde
la cocina. Huele bien. Ha preparado huevos con tocino. Cuando llegamos a verla
está escribiendo en una servilleta con los ojos entrecerrados como quien se
esfuerza por recordar las respuestas de un examen.
--- ¿Era la Avenida Sur – Oriente o Sur –
Poniente?
--- ¿Te refieres al lugar en la Plaza de
arte, donde Jennifer se perforo el estómago?
--- Sí.
Entonces recuerdo la nota que tenía
Jennifer en su bolso con las palabras “No me dejes, SUPER K”.
De momento, la silueta me pareció una pera
con ojos, pero ¡en realidad era una especie de calavera!
Me armo de valor. Digo:
--- ¡Vamos a esa plaza! Debemos investigar.
¿Qué importa si no tenemos la dirección exacta? Allá preguntamos.
Muchas veces he escuchado hablar del mundo
de las drogas. Sin ser drogadicto, ahora estoy dentro de él.