viernes, 16 de enero de 2015

Lectura 14

COCAÍNA
LA DROGA DEL PODER
Polvo blanco que ocasiona bombazos de euforia. A la larga arruina a la persona.

El jueves, al llegar al salón, dirijo la vista de inmediato hacia la silla de Modesta, esperando verla vacía otra vez, pero me equivoco. ¡Ahí está mi compañera, encorvada y silenciosa!
Camino hacia ella. Se encuentra examinando una lata que contiene algo como crema. Con un dedo, toma el contenido para untárselo en la boca.
La saludo. Se sobresalta. Cierra la lata y la esconde en su mochila.
--- ¿Cómo estas, Modesta? ¿Por qué no has venido a clases en toda la semana?
Tiene la frente empapada de sudor. Se encoge de hombros.
--- ¿Todavía traes puesta la aguja?
--- Aja.
--- Déjame verla.
Mueve la cabeza negativamente.
--- Debes quitarte eso de la boca ahora mismo --- le digo entre molesto y preocupado---. ¡No entiendo por qué te lo pusiste!
--- Yo tampoco. Fue uj ejjoj.
--- Claro que fue un error. ¡Por favor, Modesta! Muéstramelo.
Al fin abre la boca con dificultad. Su lengua se ha puesto gruesa y blanca.
--- ¡Caramba! ¿Ya fuiste al médico?
Dice que no con la cabeza.
--- ¿Te duele mucho?
--- Conseguí angescesia local. Ejo me ha ayugago.
--- ¿Traes anestesia local en esa lata?
Asiente.
Entra la maestra de Biología. Pasa junto a nosotros.
--- ¡Todos a su lugar! Vamos, pronto. La clase va a empezar.
Yo no me muevo.
--- ¿Escuchaste, Felipe? ¡A tu lugar!
--- Maestra --- contesto ---, venga por favor.
--- ¿Qué pasa?
Cuando la profesora se acerca, Modesta reacciona con una brusquedad inesperada. Por segunda ocasión la veo deshonrar su nombre.
--- ¡Ejejme em paj! --- avienta su libreta al suelo, me empuja con una fuerza increíble y sale corriendo del aula.
Caigo encima de otro pupitre.
--- ¿Qué ocurre? --- pregunta la profesora.
--- Tiene un problema --- contesto incorporándome ---, vea su lengua.
La maestra avanza hacia afuera. La sigo.
Modesta ha llegado al patio y camina en círculos. Mueve los puños de arriba abajo gruñendo una y otra vez.
--- Jjj… jjj…jjj…jjj…jjj…
--- Calmate, Modesta --- dice la profesora ---. ¿Qué te pasa?
--- ¡Me juele!
--- Dejame ver.
Ella respira y abre la boca.
--- ¡Caramba, hija! Tienes una infección terrible, ¿cómo se te ocurrió perforarte? ¿No sabes lo peligroso que es eso? --- le toca la frente ---. ¡Estas ardiendo en fiebre! Vamos a llamar a tus papás para que te lleven al hospital de inmediato.
Modesta abre los ojos con expresión de miedo.
--- ¿Tus papás no saben nada, verdad?
Ella mueve la cabeza para decir que no.
--- ¿Estas tomando algún antibiótico?
Como mi compañera no contesta, agrego:
--- Solo se está poniendo anestésico local.
--- ¡Eso no sirve para nada! Me vas a disculpar chica, pero necesito informar a tus padres. Es urgente. Aunque no lo creas tu vida está en peligro.
--- Pero, maestra --- pregunto ---, ¿usted no podría quitarle el piercing y darle el antibiótico que necesita?
--- No. Felipe. Modesta debe de ir al hospital. Hacerse análisis. Una inofensiva aguja usada de forma inadecuada puede causar hemorragias internas prolongadas o contagiar enfermedades como hepatitis B, C o D o incluso SIDA. ¿Han visto a personas mutiladas de algún miembro porque tuvieron infecciones severas, alergia al metal del piercing o porque se tragaron la aguja?
--- Si --- recuerdo a la mujer de la plaza sin una fosa nasal.
--- Las personas que se perforan la lengua sufren, después, dificultad para percibir sabores, deglutir y masticar. Los piercings deprimen o fracturan el esmalte de los dientes y adelgazan la tabla ósea. Hay infinidad de hombres y mujeres con abscesos, quistes y tumores en los lugares en que antes tuvieron un piercing. ¡Modesta, acompáñame a la Dirección! Necesito  hablar con tus padres. Y tu, Felipe, por favor, regresa al aula.
Obedezco. Camino con pasos lentos de vuelta al salón. Al entrar, me doy cuenta que mis compañeros ya no se sienten atribulados como al principio de la semana. Charlan y juegan con gritos.
Voy hasta el pupitre de Modesta y me agacho para sacar de su mochila la lata de anestésico local que estaba usando. Abro a tapa y me encuentro con algo extraño. No es crema. Es un talco. Lo toco con un dedo y se me queda pegado en la yema. Cuando estoy oliéndolo siento que alguien me jala del suéter por la espalda. Es Modesta. Se ve furiosa. Me arrebata la lata con la mano izquierda y con la derecha me da una fuerte bofetada.
Veo estrellas. Nunca antes había recibido un golpe así. Mis compañeros, primero hacen expresiones de asombro y después se ríen. Modesta sale del salón tan intempestivamente como entro.
Esa tarde voy a casa de Itzel y le platico lo sucedido.
Mi prima se muestra muy preocupada.
--- ¿Dices que Modesta usaba ese polvo blanco como anestésico local?
--- Sí. Se lo estaba untando en la lengua cuando llegue.
--- ¿Y no parecía nerviosa y hasta un poco agresiva?
--- ¡Claro! Te digo que primero me empujo para salir corriendo y luego me abofeteo. ¡Ella no es así! Dicen que tiene serios problemas familiares, pero eso no la justifica…
--- ¿Podrá gastar dinero en una droga cara?
--- ¿Crees que se estaba poniendo…?
--- Cocaína.
--- ¿Cómo?
--- La Cocaína es un anestésico local. Además provoca sentimiento de grandiosidad y euforia; lo estuve leyendo. ¿Dices que Modesta tenía fiebre y estaba sudando? Pudo ser por la Cocaína. Sus efectos son como bombazos de poder.
--- Pero esa droga --- contesto ---, es una de las peores, según se. Está prohibida en todo el mundo. ¿Cómo pudo Modesta conseguir una lata entera? ¡Eso es imposible!
--- Tienes razón --- se queda pensando ---. Es imposible…
--- Además --- digo ---, ¿a quién se le ocurriría usar Cocaína como medicamento?
--- Bueno --- dice Itzel --- la planta de coca crece de forma natural en Colombia, Perú y Bolivia. En algunas zonas andinas hay condiciones de vida muy difíciles, por eso ciertos indígenas mastican las hojas crudas desde hace cientos de años como “medicina” para fortalecerse.
--- Pero además de esos casos, nadie más usa la Coca como medicamento ¿o sí?
--- Sí. Leí que a fines del siglo diecinueve cuando un científico alemán extrajo el clorhidrato de Cocaína de la planta de coca, la uso como medicamento. La Coca Cola se llama así porque cuando se lanzó, en 1886, contenía Coca, la sustancia base de la Cocaína, pero diecisiete años después fue reemplazada por cafeína.
--- ¡Vaya! --- reflexiono ---, ¿y la Cocaína se unta como lo hizo Modesta?
--- No. Por lo regular se esnifa. Como es cara, se vende en la calle revuelta con otros ingredientes como talco y jabón. Para esnifarla, se separa en líneas con una navaja o tarjeta de crédito, luego se aspira toda la línea con un popote. Algunos se la inyectan, la comen o la fuman. Esto es más peligroso todavía. Por cada línea esnifada, la persona tiene un bombazo de energía que le dura como una hora. Produce tanta tolerancia que pronto se necesita duplicar o triplicar la dosis. A la larga ocasiona anorexia, irritabilidad, pérdida de peso, insomnio crónico, perforación del tabique nasal, convulsiones, delirio de persecución, impotencia y esterilidad.
--- No --- digo categórico ---, es imposible que Modesta haya traído Cocaína en esa lata. Ella es una persona muy noble y hasta insegura. Tampoco creo que tenga dinero para conseguir esa droga.
--- Si --- coincide Itzel ---, si Modesta tomara Cocaína no podría ocultarlo, porque quien lo hace adquiere una adicción psicológica tan fuerte que pierde todo lo que tiene y arruina su vida. Dijiste que Modesta se siente confundida por la muerte de Jennifer. Pues quizá necesita apoyo. Podrías demostrarle que eres un buen compañero y que no le guardas rencor.
--- Tienes razón. Si continua faltando a la escuela, voy a visitarla.
Itzel me acompaña de regreso a mi casa.
Cuando caminamos por la acera, me dice:
--- Felipe… ¿ya te diste cuenta de que estamos en medio de una guerra?
--- ¿Cómo?
--- Nadie nos preguntó si queríamos participas, pero nos encontramos en el campo de batalla. ¡Es la guerra de la droga contra los jóvenes! No podemos vivir desprevenidos. Tenemos que conocer bien el terreno y desarrollar un sexto sentido. ¡Sospechar de todo! Esa es la razón por la que llegue a pensar mal de Modesta. Debemos permanecer siempre alertas. No es que seamos negativos. ¡Es que estamos en pie de guerra!
Cuando llegamos a mi casa ocurre algo inesperado.
La puerta se abre. Sale un joven apuesto y elegante que se despide con mucha amabilidad de mi madre y de Riky. Luego me mira y se finge alegre por encontrarme.
--- Hola, Felipe --- me saluda de mano ---. Vine a dejarte el libro que me encargaste --- guiña el ojo.
--- Hola… --- contesto sin saber quién es.
Me esfuerzo por reconocerlo. Aunque su físico me parece familiar, es su voz la que en realidad conozco perfectamente.
Como un relámpago siniestro recibo la conexión en mi cerebro.

Es el Cadaver.




LSD
LA DROGA ALUCINOGENA DE LOS “SABIOS”
Viene impregnada en el anverso de calcomanías infantiles,
produce sensación de “todo al revés” y “grandes ideas”.

Es increíble lo que tengo ante mis ojos. Ese tipo, ahora, no aparenta ni pizca de maldad. Parece el galán inocente de una película juvenil. Pregunta:
--- ¿La señorita es…?
--- Mi prima --- contesto.
--- Mucho gusto --- le da la mano y sonríe.
Itzel, aunque hace unos segundo estaba en pie de guerra, parece haber bajado la guardia ante el coqueteo del advenedizo.
--- Yo vendo libros, linda --- continua el Cadáver ---, si alguna vez se le ofrece, Felipe tiene mis datos.
--- Gracias --- dice Itzel entrando a la casa.
Me quedo afuera unos minutos.
--- Mentiroso --- susurro ---, ¿cómo conseguiste mi dirección? ¿Qué quieres aquí? ¿Pro que no vienes vestido de dark?
--- Son muchas preguntas ¿no crees, Felipin? Una por una. Tu dirección me la dio Riky por teléfono. Le dije que necesitaba traerte un paquete y soltó la sopa; quiero ayudarte a conocer el mundo de la noche y no estoy vestido de negro porque yo tengo dos caras.
--- Lárgate de aquí, Cadáver. Te advierto…
--- Sssshhh… silencio --- pone un dedo sobre su boca ---, a los amigos de la noche nos perturban los ruidos altos, tú no puedes advertirme nada. Si eres inteligente comprenderás que el silencio será tu mejor aliado. Yo puedo hacer que las tinieblas persigan a tu hermano Riky y a tu linda prima.
--- ¿Me estas amenazando?
--- Solo te advierto. No le digas a nadie quien soy --- lleva una mano hasta mi cara y me da palmadas muy despacio ---. Escucha bien lo que te voy a decir, Felipe. Guarda silencio sobre mí y los míos, o te arrepentirás toda la vida.
Se da la vuelta para irse. Estoy temblando.
Abro la reja de mi casa y la cierro. Desde adentro le grito:
--- ¡No te tengo miedo! Estas enfermo del cerebro. Aunque quieres impresionar, disfrazándote de zombi, solo eres un mediocre. Además mi padre me dijo que el rito de la Santa Muerte no es más que una forma oculta de satanismo. Tal vez ni siquiera sabes en lo que estas metido. Eres un perdedor.
El Cadáver, se detiene al oírme y regresa. No puede alcanzarme, porque he cerrado la puerta, y la chapa solo abre por dentro.
Para mi sorpresa, intenta abrir. Como no lo consigue, trepa por los travesaños de la reja y se descuelga cayendo justo a mi lado. Me toma de la ropa y me empuja hasta ponerme contra los barrotes.
--- Creí que lo habías entendido entre líneas, imbécil. Pero te lo voy a decir muy claro, --- hace una pausa y me escupe en la cara ---. ¡Deja de buscar a Pascual!
Se sacude las manos, me arregla la camisa.
Abre la puerta y se va.
Tardo mucho tiempo en reaccionar.
Me quedo recargado en la reja sin acabar de asimilar lo que paso.
Itzel sale de mi casa dispuesta a regresar a la suya. Me encuentra inmóvil, asustado.
--- ¿Qué tienes, Felipe?
--- El tipo que acaba de irse --- le digo apenas ---, vino a amenazarme… Lo mando Pascual…
--- ¿Cómo?
Entramos a la casa. Itzel llama a mi mamá y nos sentamos alrededor de la mesa de la cocina. Pasa por mi mente la idea de esconder la información. No decir nada. Obedecer al Cadáver y así evitar una posible venganza, tal como me lo advirtió, pero recuerdo la regla de mi padre: Para tener fortaleza y unión familiar todos debemos decirnos siempre la verdad.
Mamá parece muy asustada. Llama a Riky y le hace preguntas.
--- Ese joven que dejaste entrar ¿qué trajo exactamente?
--- Un libro.
--- A verlo.
Riky va por él. Lo analizamos. Se ve normal.
--- ¿Dejo algo más? --- pregunta mamá ---, ¿no te regalo pastillas, chicles o algo por el estilo?
--- Si – dice mi hermano ---. Me obsequio una planilla de estampitas.
--- ¿Cómo? ¡Traela!1
Riky va y regresa. Es un pliego de papel con veinte caritas felices impresas en color amarillo. Cada figura está enmarcada en un cuadro que puede recortarse.
--- ¡Dios santo! --- dice mi madre, asustada ---. ¿No has lamido ninguna de estas figuras por la parte de atrás, verdad?
--- No. ¿Qué tienen de malo?, ¡son calcomanías de la suerte!
El muchacho me dijo que si las uso en mis cuadernos voy a convertirme en sabio.
--- No puede ser --- exclama Itzel ---. ¿Te dijo eso?
--- ¿En qué piensan? --- pregunto ---. Me están asustando.
--- Felipe --- dice mi prima ---. ¿Tienes la hoja con el resumen de todas las drogas?
Asiento; voy por ella.
--- ¿Puedes leer donde dice LSD?
Lo hago.
EL ACIDO LISERGICO o LSD es una droga muy poderosa que tiene 3 características peculiares:
1.      Se vende en estampitas infantiles. Aunque también existen pastillas o gelatina, por lo regular viene impregnado en cuadritos de papel que parecen stickers o calcomanías para niños con la figura de una fresa, un pingüino, una carita feliz, el fantasma Casper, los Simpson, Superman, o cualquier otro personaje de moda. La droga viene impregnada en la parte trasera de los cuadritos de papel que tienen como medio centímetro de lado. Las planillas suelen traer impresas 100 estampas. El joven, solo necesita lamer la figura por el anverso y unos treinta minutos después comienza a tener alucinaciones.
2.      Produce que el cerebro trabaje de forma invertida. Las luces fuertes se ven débiles y las débiles, fuertes. Los sonidos altos parecen bajos y viceversa. Los colores se pueden oler y los sabores oír. Las cosas suaves se sienten ásperas y las rugosas parecen lisas. De la nada surgen imágenes irreales, a veces agradables y a veces horribles. Sus efectos pueden durar hasta 18 horas y los espejismos se repiten por si solos, días después. El LSD produce taquicardia, mareos, náuseas, temblores y locura temporal.
3.      Da una sensación de gran sabiduría. Los consumidores de esta droga dicen que bajo sus efectos pueden filosofar intensamente, comprenden los más impenetrables misterios del universo, razonan con gran inteligencia, pierden la noción del tiempo y eso les permite hacer análisis penetrantes e introspecciones profundas. Por eso, en la historia ha habido supuestos genios que estimulan a los jóvenes a conocer la gran sabiduría del ácido.
Cuando acabo de leer, nos quedamos contemplando la planilla con caritas felices sobre la mesa.
En ese instante escuchamos ruidos en la entrada de la casa. La idea de que pudiera ser otra vez el Cadáver o alguno de sus aliados, nos roba el aliento. Para nuestro consuelo, identificamos las pisadas de mi padre.
--- Hola --- oímos su voz ---, ¿dónde están todos?
--- Aquí --- contesta mamá ---, en la cocina.
Llega hasta la puerta y se detiene al vernos amedrentados.
--- ¿Qué sucede? --- pregunta.
--- Siéntate, tenemos que hablar contigo.


NOTA: RECUERDA QUE LAS LECTURAS DEBEN DE REALIZARLAS CON SUS PADRES, HACER EL ANALISIS Y SOBRE TODO DARLE USO EN CADA UNA DE LAS ASIGNATURAS.

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